12.09.2019/ Fernanda Arellano
¿Quién en estos días no conoce la serie animada “Los Simpsons”?
Quizá muchos fanáticos empedernidos, o los que disfrutan ver el programa, se sientan frente a sus aparatos para ver las primeras temporadas con nostalgia, sabiendo que poco a poco el programa va en declive, perdiendo la esencia de varios elementos o que los chistes de las nuevas temporadas dejaron de ser graciosos.
Pero, lo que pocos notaron, fue que la pequeña Lisa (cuya imagen ha sido una representación para las feministas, los budistas y los vegetarianos; la voz de la razón, quien inspiraba a otros a ser mejores y así llevar sus ideales lejos; la que muchos pensaron que sería la única en dejar Springfield y la favorita de Matt Groening) cambió, a tal punto que fue empeorando como personaje conforme la serie iba “mejorando”.
Nadie sabía que de los seis mejores escritores que le dieron forma y sentido cómico a la serie, solo quedarían tres de estos en el equipo (cuando todavía conservaban el buen humor hasta la decimotercera temporada). Ya que en la decimocuarta temporada (cuando contrataron a personas que tenían otra visión de los personajes y de la serie misma), Lisa, cambió por completo de la activista pacífica, respetuosa y libre para ser reducida a los estereotipos planos de la niña americana feminista y vegetariana que usa la manipulación y la arrogancia para que todos sean forzados a pensar como ella, incluso tratando con cierta malicia o rencor a otros personajes; dejando de lado su sueño de ser la futura presidenta de los Estados Unidos para convertirse en una mujer americana promedio con una hija arrogante, un esposo pelele y mucha infelicidad a futuro.
Actualmente no hay episodios donde se centren en la pequeña Lisa,como en el capitulo seis de la primer temporada, ahora la joven termina los episodios infeliz o rechazada. ¿A dónde se fue la ideología izquierdista y demócrata de la niña de ocho años que tocaba el jazz con Encías Sangrantes Murphy? Quizá la culpa se la echen a los nuevos guionistas o al mismo Groening, productor de dicha serie, pero esto va más allá, la culpa es el conflicto político que ha influenciado el entretenimiento, junto con la presión que ejerció la cadena televisiva FOX, al imponer la ideología republicana con la intención de ridiculizar o satirizar todo lo contrario a sus ideales, es decir, a los demócratas (representados en personajes como Lisa); arruinando y haciendo que la audiencia odie a uno de los personajes mejor desarrollados y cuyo crecimiento emocional y personal se iba notando.
FOX ya no quiere que su público (en especial el femenino) aspire a lo grande, que sus voces sean escuchadas, sino desea que se queden en lo pequeño, sin cumplir sus sueños y que todo lo diferente a los estándares americanos se tomen como mofa o como una amenaza.
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