29.10.19│Fernanda Arellano
“¿Cuál creen que sea la diferencia entre la violencia y la agresión?” cuestionó Sarahí Hernández, psicóloga del Consejo Estatal de la Mujer y Bienestar Social (CEMyBS), al comenzar la conferencia “Violencia en el noviazgo” como parte del Programa de fortalecimiento de habilidades socioemocionales, el pasado 22 de octubre en el Auditorio Ignacio Ramírez Calzada del Edificio B de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
De acuerdo con Hernández, el 66.1% de las chicas mayores de 22 años, han sufrido violencia en el noviazgo; aclaró que realmente existen cinco tipos de violencia, tales como: física, psicológica, económica, patrimonial y sexual, donde la psicológica ocupa el 76%, la sexual 17% y la física un 15%, de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional sobre Violencia en el Noviazgo (ENVIN).
Con base en ejemplos de la vida cotidiana sobre como la violencia puede presentarse de forma sutil, Hernández aclara que existe una delgada línea entre la violencia y la agresión, tomando como violencia a la intención de lastimar y usar el abuso de poder sobre otros, mientras que la agresión es una respuesta a la violencia; y esta puede afectar a cualquier persona, en cualquier espacio y en cualquier momento.
En el caso de las relaciones de pareja violenta, empieza con el aislamiento de amistades y familiares para que nadie ayude a la víctima a salir, no se quiere ver la violencia debido a que la naturalizan, la justifican o la romantizan, siendo los motivos por los cuales una mujer o un hombre no pueden salir de una relación de violencia, junto con la sensación de miedo por no tener a alguien cerca cuando se esté solo.
“Simplemente estén atentos a las situaciones que se puedan presentar… todo trae una gran suma de consecuencias… el punto es si están en una relación donde hay violencia ¿a qué están dispuestos para seguir en ella?” comentó Sarahí Hernández, aclarando el porqué de los ejemplos que presentó.
Finalmente, reflexionó sobre como aceptar la violencia es lo mismo que ser parte de una adicción, un ciclo propio sobre cosas que no se ven o simplemente no quieren verse como violencia y que poco a poco va afectando la salud física y mental, siendo el fortalecimiento de la autoestima y el apoyo de los demás como la única solución ante aquellos que sufren de violencia.